El recorrido transcurre por las zonas montañosas más altas del Parque Nacional. Comienza por una cómoda pista que atraviesa un matorral mediterráneo de jara y brezo. Más adelante el encinar cobra importancia y domina las estribaciones del macizo del Rocigalgo. Al cruzar por segunda vez el arroyo del Chorro, la proximidad del cauce recuerda que la vegetación de ribera no entiende de climas; al frescor del valle, se distinguen tejos, acebos y abedules aislados. En la toma de agua arranca una senda de montaña que se abre paso a través de un denso encinar, monte bajo y pedrizas. La cascada de 18 metros de caída y un pequeño rebollar escondido sirven de colofón a una excursión de ida y vuelta.
Si te animas y haces esta rutas disfrutarás de un entorno maravilloso y de un contacto espectacular con la madre naturaleza. Y por favor deja todo más limpio de como te lo encuentres.
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Gracias por tu visita.
¡Hola Javi! ¡Menudas fotografias que has sacado de Cabañeros, son preciosas!
ResponderEliminarUn beso de Montse de Casavieja (Avila)
Gracias, me alegro que te gusten, Montse.
EliminarBesos.
Impresionantes primo, me encantan. Un beso, Lourdes
ResponderEliminarGracias Lourdes. Lo que impresiona de verdad es hacer la ruta a pie.
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